martes, 31 de marzo de 2015

EL DEBER DESDE EL PUNTO DE VISTA ESPIRITUALISTA



1.- El deber no es lo que otros deberían hacer; es lo que yo personalmente debo de hacer.
2.- Si hacemos lo que consideramos justo, entonces hacemos nuestro deber.
3.- Si creemos que algún otro no está cumpliendo con su deber, vemos sencillamente nuestras faltas en otros, y mientras nos enojemos al pensar o hablar de los defectos de otros, nosotros tenemos esos mismos defectos, y deberíamos tratar de eliminarlos de nosotros tan pronto como fuera posible.
4.- Es indudable que estamos en libertad de criticar todos los defectos e imperfecciones humanas como tales y en general, pero no deberíamos buscar en particular a los hermanos que tienen esos defectos.
5.- El método más efectivo para ayudar a otros en cumplir su deber, es hacer nuestro deber, y de esa manera dar un buen ejemplo para que otros lo sigan.
6.- Nunca deberíamos esperar que cumplan otros con su deber, si no estamos cumpliendo con el nuestro.
7.- Los defectos son como las manchas de barro: pueden ser lavados y removidos. Deberíamos remover nuestros propios defectos y lavar nuestras propias manchas de barro; entonces otros harían al fin lo mismo. Los defectos no son inherentes al individuo, por consiguiente, ninguno debe ser censurado por ellos. Son manchas de barro que pueden ser removidas en nosotros tan pronto como queramos.
8.- Si queremos censurar a alguien, debemos referir todo a nosotros y censuraremos a nosotros mismos.
9.- Es nuestro deber querer a nuestro vecino como a nosotros mismos y no tener enemigos. Nuestro amor es para todos los seres vivientes, tanto para los hermanos que se llaman nuestros enemigos, como para los que se llaman nuestros amigos.
10.- Hay un camino para tratar de entender nuestro deber enteramente; y es el tener siempre presente la unidad. “Yo soy ese”, decía un hermano hindú, identificándose él mismo, tanto con lo real como con lo no real. Si alguno debe ser censurado “yo soy ese”. Que cada uno se acuerde de esto:
Todo el deber es PARA MI.- Y todo el fruto de acción es PARA LOS DEMÁS.
¡Paz a todo ser viviente!
Jacob Bonggren
(Publicado en  el periódico Espirita “La Voz de la Verdad” el 31 de agosto de 1912)

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